La tendencia “Low Poo” y “No Poo” es una tendencia capilar que proviene de Estados Unidos y cada vez tiene más adeptos en Europa. Se trata de evitar los champús para lavar el pelo (tendencia no poo) o utilizar poco champú (tendencia low poo).
Probablemente os preguntaréis: ¿Y porque? Pues, porque se ha visto que muchos champús contienen sustancias que pueden ser agresivas para el pelo a largo plazo. Concretamente los sulfatos y siliconas.
Los sulfatos tienen propiedades tensoactivas y su función es limpiar el pelo. A pesar de que los sulfatos son uno de los tensoactivos más suaves disponibles, siguen siendo agresivos para el pelo y quitan la grasa natural del cabello dejándolo áspero. También eliminan muchos de los tratamientos capilares como los baños de queratina que te sueles hacer en la peluquería. Por eso siempre te recomiendan que te laves con un champú sin sulfatos para que no destruya la queratina que te acaban de poner.
Las siliconas recubren el cabello y te dejan una sensación de suavidad. La mayoría de los champús añaden siliconas porque así contrarrestan el efecto áspero que suele dejar los sulfatos. Lo malo es que las siliconas no hidratan, ni nutren y asfixian el cabello.
Aún así, aunque parece que la tendencia “low poo” y “no poo” vale la pena, no es oro todo lo que reluce. Muchos de los productos naturales que no utilizan sulfatos utilizan ingredientes como el vinagre o el bicarbonato. Ambos, utilizados en exceso, también pueden ser perjudiciales para nuestro cabello ya que tienen pH ácido y pueden producir irritaciones del cuero cabelludo.
No lavarse el cabello tampoco es una garantía, ya que si no se elimina el exceso de grasa o sebo de manera periódica, puede favorecer la aparición de infecciones.
Nosotras te recomendamos que leas las etiquetas de los champús fijándote en la cantidad de sulfatos y siliconas que contiene. Las etiquetas detallan la composición por orden decreciente según la cantidad incluida. Así, si están en tercer o cuarto lugar es mejor que si están en primer o segundo lugar. Los nombres de los sulfatos más utilizados son: Lauril Sulfato de Sodio (SDS) y Lauret Sulfato de Sodio (SLS). El de las siliconas son: Dimeticona, Cetildimeticona, Feniltrimeticona, Estearildimeticona, Ciclometicona, y Ciclotertrasiloxano.
Si buscas champús sin sulfatos te recomendamos algunos de los champús de la marca PHYTO que no contienen ni siliconas ni sulfatos, como el champú Phytokerantine, Phytokeratine extreme o el Phytoprogenium. Phytokeratine y Phytokeratine extreme limpian con suavidad y respetan el cabello sensibilizado. El cabello se vuelve más resistente, flexible y sedoso. Perfecto para cabellos quebradizos y dañados o para aquellas que os acabéis de hacer un baño de queratina en la peluquería. Phytoprogenium es un champú de uso frecuente, para todo tipo de cabellos que refuerza la autodefensa del cuero cabelludo. Animaos a probar-los!